Un buen día, se les cayó una bellota y fue a parar al sótano sin que nadie se diera cuenta de ello. La bellota comenzó a ellar raíces, que en poco tiempo llegaron a rozar el suelo del bosque.Cuando la anciana vio lo ocurrido sugirió hacer un agujero en el suelo para que la encina pudiera seguir creciendo.
miércoles, 27 de mayo de 2009
dictado
Un buen día, se les cayó una bellota y fue a parar al sótano sin que nadie se diera cuenta de ello. La bellota comenzó a ellar raíces, que en poco tiempo llegaron a rozar el suelo del bosque.Cuando la anciana vio lo ocurrido sugirió hacer un agujero en el suelo para que la encina pudiera seguir creciendo.
martes, 26 de mayo de 2009
DiScUrSo De AnA b. Y ELi
Hola buenos días nos llamamos Elisabeth y Ana belén somos de 6º curso del colegio Pablo de Olavide, os vamos a hablar sobre la crisis no puede seguir asín y se nos a ocurrido
jueves, 21 de mayo de 2009
Ideas principales
-Los enlaces son palabras que sirven para unir o relacionar palabras o grupos de palabras.Hay dos clases de enlaces: las preposiciones y las conjunciones.
-Las preposiciones son palabras que unen unas palabras con otras a las que complementan o especifican. Las conjunciones son palabras que unen ideas semejantes que no dependen unas de otras. Pueden ser copulativas, disyntivas o adversativas.
-Las palabras onomatopçeyicas
-Las preposiciones son palabras que unen unas palabras con otras a las que complementan o especifican. Las conjunciones son palabras que unen ideas semejantes que no dependen unas de otras. Pueden ser copulativas, disyntivas o adversativas.
-Las palabras onomatopçeyicas
martes, 19 de mayo de 2009
La romería de mi pueblo
Hola, aunque yo no fui a la romería de mi pueblo, me gustaría haberme montado en la carroza de mi amiga Ana belén, haberme montado en la yegua de mi tio y hacer el camino
jueves, 14 de mayo de 2009
El lazarillo de tormes : Copiado
Eran ya las dos, y mi amo no venía. Como mi hambre era cada vez mayor, cerré la puerta y puse la llave donde me dijo. Acto seguido me dediqué a pedir pan por las casas, con voz baja y enferma. Y lo hice tan bien que, antes de que el reloj diese las cuatro, ya tenía otras tantas libras de pan en el estómago, y más de otras dos ocultas en las mangas y en el seno. De regreso a casa, pasé por la tripería, y pedí limosna a las mujeres que allí vendían. Una mñujer, compladecida de mí, me dio un pedazo de uña de vaca y unas pocas de tripas cocidas. Cuando llegué a casa, ya estaba en ella el bueno de mi amo. Había doblado su capa, la había puesto encima del poyo de piedra y él se estaba paseando por el patio. Creí que me iba a reñir por haber tardado tanto, así que me excusé: - Señor, hasta que dieron las dos estuve aquí. Y como vi que no volvía, fui a pedir por las casas, y me han dado esto. Y le enseñé el pan y las tripas. Al verlo, se le animó la cara y me dijo: - Pues yo te he esperado para comer, pero al ver que no venías, he comido sin ti. Tú has hecho muy bien, porque más vale pedir que robar. Sólo te ruego que no le digas a la gente que eres mi criado, aunque la verdad es que aquí nadie me conoce. ¡ No tenía que haber venido nunca a esta ciudad! Come, pues, come.
miércoles, 13 de mayo de 2009
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